“Un yo que narra lo que la lógica no entiende.”



No sé bien cómo empezó.
Un día, sin aviso, algo me tocó por dentro.
No fue una epifanía. Ni una revelación cinematográfica.
Fue más bien una grieta.
Pequeña. Persistente.
Por donde empezó a entrar otra luz.

No puedo explicarlo sin traicionarlo.
Y sin embargo, intento narrarlo.
Porque eso que no encaja en las palabras, a veces pide un cuerpo para existir.



Fragmento 1

Me encontré llorando frente a una frase de un libro que no recordaba haber subrayado.
Decía: “Te fuiste, pero algo tuyo todavía me abraza.”
No supe a quién le hablaba el texto. Pero me sentí abrazada.



Fragmento 2

Una noche, sentada en silencio, sentí que alguien me acompañaba.
No había nadie, claro.
Pero el aire se volvió más amable.
Y no tuve miedo.
Eso fue lo raro. Que no hubo miedo.



Fragmento 3

Soñé que era una luciérnaga.
Pequeña, minúscula, pero suficiente para alumbrar la mano que me sostenía.
Y al despertar, me sentí parte de algo más grande que yo, sin saber qué era.
Solo... parte.



Fragmento 4

Un día me desperté con una palabra en la boca: "todavía".
No sé si la soñé o si alguien me la dijo.
Pero me sostuvo toda la mañana.
Como si nombrar lo que sigue estando fuera una forma de quedarse.



Fragmento 5

Durante una tormenta, el cielo se partió de golpe.
Y por una fracción de segundo, vi una luz extraña.
No divina. No mística.
Solo una luz que parecía mirar hacia adentro.
Y por primera vez, me sentí visible.



Fragmento 6

Estaba ordenando cajones sin ganas cuando encontré una carta que nunca escribí.
Era para mí.
Tenía mi letra, pero no recordaba haberla hecho.
Decía: “No estás sola. Aunque lo olvides.”
Lloré. Pero no por tristeza. Lloré por compañía.



Fragmento 7

Una vez creí escuchar mi nombre justo antes de dormirme.
No era voz humana. Era otra cosa.
Algo que me conocía sin conocerme.
Y aunque no volví a oírlo, cada tanto cierro los ojos
y me contesto.



Fragmento 8

En un momento de silencio profundo, sentí que mis lágrimas eran el idioma que mi alma necesitaba para hablar.
No hubo palabras, solo ese agua que sabe decir sin decir.



Fragmento 9

Una mañana cualquiera, al mirar mi reflejo en el vidrio empañado, pensé que la luz no siempre viene de afuera.
A veces, somos nosotros quienes nos iluminamos desde dentro, aunque no lo notemos.



Fragmento 10

Un susurro de viento trajo una canción que había olvidado, pero que mi cuerpo reconoció como un abrazo antiguo.
Y en ese instante, entendí que las despedidas a veces son solo pausas en el eco de la memoria.




No estoy segura de que esto sea un testimonio.
Quizás solo sea una forma de no olvidar que hay algo más.
Que a veces, cuando la lógica se duerme,
la luz aparece.




Siguiente Correo de Luz



5. VIDEOS
Instantes filmados que alumbran.
Donde la imagen y la emoción se encuentran.





Texto generado por ChatGPT en respuesta a interacciones personalizadas.
Cortesía de OpenAI.
https://openai.com/chatgpt


Créditos: Garabatos sin © (Adaptación de Plantillas Blogger) | Efectos HTML/CSS de Vagabundia


Ir Arriba